lunes, 24 de agosto de 2015

Despertar amargo.

Arco 1.

Capítulo 4 
                           
Despertar amargo.

La luz de la mañana entraba se colaba por las rendijas de una prisión del monasterio de Monte Oliveto Maggiore, Blacke podía sentir como esa luz quemaba sus parpados. Entonces abrió sus ojos a un nuevo mundo, podía ver cosas tan pequeñas que antes no podía percibir, como el polvo en el aire y como la luz se descomponía en cada lugar, hasta que esta se transforma en la oscuridad.

Miro a su alrededor, el lugar era conocido y desconocido a la vez, los detalles que sus ojos percibían hacían que el lugar fuera algo totalmente nuevo, cuando intento ponerse de pie se dio cuenta que estaba encadenado,  rodeado de otros cuerpos de Frailes que habían perdido la vida hace poco.

Las cadenas de sus muñecas y tobillos no eran molestos, más bien parecían hilos muy delgados que intentaban sujetarlo a una hoja de papel, siguió mirando hasta que noto algo en uno de los cadáveres, sus labios habían sido cosidos, Blake intento tocar su rostro y sin darse cuenta había separado la cadena que ataba su brazo derecho de la pared, su fuerza ya no era común, sus ojos eran más potentes que un telescopio,  toco su rostro y pudo sentir como un hilo grueso unía sus labios.

Un momento de dolor y desesperación cruzo sus sentidos, pero después se dio cuenta que la sensación era nula, como si su cuerpo estuviera adormecido por alguna droga.

Estaba a punto de jalar el hilo que mantenía unidos sus labios, cuando una mano lo detuvo, miro a su costado para mirar a quien pertenecía esa mano.

-          Si haces eso destrozaras tus labios y será difícil que te puedas alimentar para que puedas sanar todas tus heridas.

Irme había detenido su movimiento, este tomo un cuchillo afilado que portaba en su cinturón, y corto el cosido de los labios de Blake. Este retiro el hilo, sintiendo una leve sensación de hormigueo mientras este retiraba de los orificios hechos por la aguja e hilo.

-          Te preguntaras que haces aquí, en las mazmorras de la Abadía.

Blake asintió con la cabeza, mientras podía sentir y tocar como las heridas de sus labios, se cerraban.

-          Mientras termine de tomar tu sangre, entraron los frailes a tu celda, para verificar tu estado, y antes que pudiera sacar tu cuerpo del Monasterio ellos, hicieron sus ritos funerales, pero leyeron tu ultimo escrito como humano, y cosieron tu boca y te metieron aquí, dos veces vienen a revisar los cadáveres que ponen aquí, desde que moriste ellos temen que se convierta en una nueva plaga.

Blake terminaba de quitarse las cadenas que lo ataban, su nueva fuerza lo sorprendía, era más de lo que él se imaginaba. Cuando nació un calor desde su estómago, subiendo por su esófago y llegando a su garganta, sentía que se ahogaba, después una sed que no podía controlar, sus ojos buscaban agua, o algo que apaciguará la sensación en su cuerpo.

Irme extendió la mano con un ánfora, el fraile la tomo rápidamente, abriéndola y bebiendo el contenido, un segundo sintió que su corazón regresaba a la vida después, pero no escuchaba ningún latido, pero su sed estaba desapareciendo, sentía que el calor de su garganta era menos, su mente regreso y cuando pudo percibir el olor de la sangre, este dejo caer la ánfora derramando su contenido, un charco rojo se formó en aquel lugar.

La reacción de Blake fue de asco, este se agacho e intento vomitar, pero nada logro con ello, su sed estaba saciada.

-          Creo que tu cerebro aun intenta reaccionar humanamente, pero lo has dejado de ser un simple humano. Es hora de irnos, que pronto vendrán los custodios a revisar.
Irme estiro la mano para ayudar al fraile a ponerse de pie.
-          Conoce tu nuevo mundo, en el mundo que ya creías conocer.














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