viernes, 28 de agosto de 2015

Arco 2. Capítulo 4. El nido de la araña.

Arco 2.
Capítulo 4.
El nido de la araña.

El tren con un sonido fuerte y un pequeño movimiento detuvo su camino, llegando a la central de Luxemburgo. Los dos médicos, tomaron sus maletas, dirigiéndose a la salida más cercana.

-          Primero iras al hotel donde te quedaras, o quieres compartir taxi para ir a la clínica, aun debo pasar a dejar algunos papeles.
El señor Graff hizo esta propuesta, Lander aún se sentía incómodo con su presencia, pero sería bueno llegar con el director del hospital, las presentaciones serían más rápidas, así que accedió a compartir el taxi. 

Mientras viajaban en el taxi, Lander se dio cuenta que el señor Graff, seguía muy calmado, no parecía el director de alguna institución médica, no se veía cansado, o que el trabajo de médico le cobrara la factura de las guardias o trabajo en el hospital.
-          Dr. Cole, ¿ha escuchado la teoría de loa agujeros negros?
-          En alguna ocasión, la física no es una de mis ramas.

-          Se lo pondré de esta manera, se dice que los agujeros negros tienen calor, y en vez de crecer estos explotan en lo que pierden ese calor, como tal si existe calor tal vez exista la luz en él, y la mayoría de las personas colocan a un agujero negro como la manifestación total de la oscuridad, pero sin luz no puede existir oscuridad y eso es mi clínica, una luz en la más densa oscuridad.

-          Parece que estuviera hablando, de que fuera la luz de dios.
Respondió Lander un poco sarcástico, ya que él hace mucho había dejado de creer en él.
-          No somos dioses, pero somos más misericordiosos que él, cuando un hombre o mujer enfermo nos pide ayuda.
Lander solo pudo soltar una risotada, al escuchar tal declaración, un hombre que ayuda a morir a otro, y es misericordia de él, eso es más que un simple asesinato. Ya que los verdaderos médicos buscan salvar vidas, no ayudar a terminarlas.
-          Puedes pensar que es arrogancia de nuestra parte, pero hace muchos años y en la actualidad es lo mismo. Siempre hay una enfermedad, ya sea médica o social, que pide vidas.
Esta última frase fue el fin de la conversación, el taxista indico la llegada al destino, cuando los médicos salieron del taxi y bajaron sus maletas, pudieron ver la clínica, que más que clínica parecía una mansión, con una arquitectura gótica, las esquinas de la casa custodiadas por gárgolas seme humanas pero su cara de bestias podían aterrorizar en una noche de luna llena.

Los médicos arrastraron sus maletas hasta la entrada, una cámara los seguía desde que entraron por una vieja reja, y un jardín con algunos árboles y rosales adornaban el frente de la clínica. 
-          Diablos, sí que esto de matar gente, les deja dinero.

Graff se giró hacia él, era más alto que Lander, y su figura imponía respeto aun sin realizar ninguna acción.
-          Preferiría que no usaras esos términos, ya que el jefe de médicos tiene una ideología muy fuerte es cuestión a cómo tratar a los pacientes terminales.
-          Entendido señor, no hare más comentarios de esa índole.

Los dos hombres se relajaron y tocaron el timbre, una dulce voz de mujer se escuchó por la alta voz, para darles la bienvenida, mientras un sonido fuerte sonó mientras la puerta se abría. Las dos personas pararon mientras la puerta se movía atrás de ellos, Lander sintió que en ese momento dejaba su humanidad detrás de la puerta que automáticamente se cerraba.











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