lunes, 31 de agosto de 2015

Arco 2. Capítulo 5 El lugar de la muerte.

Arco 2.
Capítulo 5
El lugar de la muerte.

Después de entrar, un pequeño mostrador estaba a unos pasos, la casa había sido remodelada para el cuidado de los pacientes, se notaba el esmero en la limpieza. Era un poco acogedor el lugar, ya que aún había algunos cuadros y arreglos de lo que fue antes de hacer la remodelación, le daba esa sensación de estar en un hogar. 

Una chica saludaba con una gran sonrisa al señor Graff, era bastante bella su piel blanca y cabello rubio, sus ojos de un azul intenso. Quede un poco impresionado de que una recepcionista de un lugar a si fuera tan hermosa. 

- Por favor Shannon prepara una junta en una hora para la presentación del Doctor Cole.

- Enseguida señor, prepara la sala de reunión médica.

Graff me hizo una seña para continuar nuestro camino, es algo raro que en una casa ajustada para el servicio médico, tuvieran un lugar para las juntas, aunque la casa era bastante amplia.

Continuamos caminando, subimos unas escaleras de madera, se notaba que no tenía mucho tiempo de haber sido cambiada, la madera estaba reluciente. 
- Cuantos médicos están a cargo del lugar.

- Bueno yo soy el director, tenemos un jefe de médicos, un médico forense, y tres médicos especialistas, aunque no contamos con un oncólogo, espero que el tiempo que este aquí nos apoye con algunos casos. 

- Si con gusto ayudare en lo que pueda, cuantos pacientes tiene actualmente.

- En estos momentos tenemos dos pacientes un señor de 60 años y una joven de 35 años. Solo esperamos que den la fecha para el procedimiento.

Lander se sintió algo apenado de escuchar de alguien tan joven se cansara de luchar por su vida y optara por el método de muerte asistida.

- Vamos señor Cole, lo más difícil de esto es aceptar la muerte como algo natural. Estamos atados a ella desde el momento que nacemos. 

Cuando llegaron a otras escaleras que conducían al desván, estas eran de aluminio, desintonizaban un poco con todo el ambiente en los pasillos y habitaciones. 

Al subir se podía ver como estaba separado en dos oficinas, una estaba llena de fotografías y con algunas imágenes religiosas, otra estaba más despejada solo algunas copias de permisos y reconocimientos que s ele habían otorgado al lugar.

Entraron a la oficina donde se encontraban los permisos y reconocimientos, Lander dejo su maleta, Graff se sentó en la silla detrás de un escritorio, no era muy ostentosa como suele ser la de los directores, era una silla que se podría ver en cualquier oficina. Después de esto le indico a Lander que tomara asiento, mientras revisaba los papeles que tenía en el escritorio. 

- Solo esperemos a que nos llamen para  presentarte, mientras tanto, ya tenemos tu lugar de alojamiento, tenemos una construcción con departamentos donde nuestros doctores se quedan. Creo que ser de tu agrado.

- Es impresionante como pueden pagar algo así.

- Se podría decir que son siglos de trabajo.

Su conversación fue interrumpida por el sonido del teléfono, para indicarles que estaba lista la sala y la gente. Bajaron hasta la recepción de ese lugar caminaron por un pasillo, se podía ver lo que anteriormente era el comedor y la cocina, salieron de la casa aun tras patio amplio, donde se encontraba un tipo de invernadero, entraron y una mesa blanca y redonda ya se encontraban cinco personas más aparte de Shannon que permanecía de pie. 

- Buenas tardes a todos, los llame para presentarles al oncólogo Cole Lander, el estará un tiempo trabajando con nosotros ya que vera los métodos que usamos en nuestros pacientes y pueda aplicarlo dentro de su hospital.

- Mucho gusto, espero poder trabajar con ustedes.

- Te los presentare nuestra recepcionista ya la conociste Shannon Poket. 

La chica se inclinó mientras todos me observaban, me sentía como el objeto de un estudio. Regrese el gesto saludándola desde mi lugar, moviendo la palma de mi mano.

- Después el jefe médico Blake Winter.

Se levantó y estiro la mano para saludarme, tome su mano, su cabello estaba rapado aun que tenía una barba prominente, era fuerte lo pude sentir en su saludo, aunque se sentía una calma que su personalidad despedía. 

- Después tenemos a nuestro médico Forense Agu Nana, el viene de Nigeria. 
Igualmente que Blake, se levantó y me saludo, cuando paso esto me sentí intimidado era muy alto, podría pensar que era un jugador de baloncesto, su cuerpo se notaba su raza fuerte, alguien no quisiera encontrarme en alguna pelea de bar.

- También está el Pediatra Pedro Acosta, lo conocimos en un viaje a América.

A comparación de Agu él era más bajo de estatura, aun así también pude notar que era fuerte en su saludo, me empezaba a doler la mano de sus apretones, tenía el cabello castaño y se podía ver que era de ascendencia latina, su piel era morena, aunque sus ojos eran muy oscuros, tanto como la noche. 

- Y nuestra internista es Helena Vera.

Al igual que Shannon era muy bella, su cabello negro y sus ojos de color verde contrastaban mucho en su rostro, no era tan blanca pero se notaba que cuidaba mucho su piel, sus facciones eran finas. Parecía que era un elenco de algún programa médico.

- Solo falta Angelo Gontz, él es nuestro laboratorista, solo que es su día de descanso. 

Posiblemente lo conozcas en la estancia donde te quedaras.
Mire la mesa y quien las ocupaban, para ser médicos eran muy jóvenes o al menos lo aparentaban, en mi caso mi cara estaba llena de ojeras y se notaba mi cansancio, para ellos es como si el día iniciara. 














viernes, 28 de agosto de 2015

Arco 1. Capítulo 5. El viaje.

Arco 1.
Capítulo 5.
El viaje.

Después de nuestra salida, del Monasterio, comenzamos a buscar ropas nuevas, aunque fue fácil tomar algo de las aldeas que eran infestadas por la enfermedad. Y no corríamos peligro ya de contraerla. Realmente nuestras nuevas habilidades facilitaban muchas tareas, desde poder caminar muchas millas en un día, hasta escuchar el sonido de gente en las aldeas más lejanas.

Entrar y salir de los lugares también fue fácil, en el monasterio salimos por la puerta principal, no hicimos ruido y nos movimos tan rápido que para mí todo paso lentamente, pero al ojo humano fue como una brisa en el aire.
Fue extraño usar ropas que no fuera del habito de fraile, pero me sentía libre, nada me ataba, o eso pensaba, hasta que la sed apareció de nuevo, Irme dijo que esto era normal, que pasaría muy seguido al inicio, después podría controlar, por ahora solo tomaba la vida de animales del bosque o gallinas. No podía atreverme a tomar la vida de alguien. Mi compañero estaba muy tranquilo, no me obligaría. Y eso era de gran ayuda, pero los efectos de la sangre de los animales no eran suficientes, poco a poco mi piel se hacía escamosa más rápido o lenta, dependía  si el animal que cazaba era grande, la cantidad de sangre que consumía eran importantes.

El tiempo pasaba, aun que para mí parecía haberse detenido hace mucho, las cosas se ponían peor, los caminos estaban llenos de bandidos o gente que aprovechaba la caída de los enfermos o muertos para robar sus pertenencias.

Mis ojos eran testigos inmutables de la realidad, la enfermedad a rasaba rápidamente con la población, para Irme era el banquete servido, podía tomar vidas rápidamente sin pelear, a si podía pasar semanas o meses sin tener que beber, pero para mí era un suplicio, podía resistir 4 días. Era mi castigo por lo que me había convertido.

Pero todo cambaría, más rápido que las estaciones del año. Una noche tenía la necesidad de atrapar a una presa, ya Irme no me acompañaba a mis caserías, el tiempo y sus consejos me habían hecho un ave rapaz, listo para atrapar hasta un pequeño ratón hasta a un gran oso. La desesperación de alimento puede aumentar las fuerzas increíblemente. 
Los rastros de un lobo me llevaron  a una vereda, transitada normalmente por mercaderes, los lobos se sentían atraídos por los caballos, cuando las personas se atrevían a viajar por la noche, pero normalmente viajaban en caravanas para protegerse de los animales y bandidos.

Pero al parecer los lobos encontraron un gran festín y yo también, ya que varios reunidos no serían rivales para mí y mi sed.

Cuando me preparaba atacar un grito de una niña me tomo por sorpresa, en ese momento mi sentido del deber fue más fuerte, entonces corrí a golpear algunos de los lobos para ahuyentarlos, algunos ya comían un caballo que fue muerto por una flecha, al parecer una caravana pequeña fue atacada por los bandidos.

Comencé a recorrer el lugar, para mi visión actual podía observar claramente aun que no había luna y la noche era cada vez más oscura, el masacre que fue, al parecer eran tratantes de esclavos, varias mujeres fueron ultrajadas y asesinadas, solo pude encontrar tres cadáveres de hombres, posiblemente solo los transportistas.

Cuando me acerque al origen del grito, pude ver como una pequeña de no más de 11 años ya hacía recostada dentro de lo que quedaba de una de las carretas que se podía ver era de suministros.

-          Hola, ¿Cómo te llamas?

Poco a poco me hacer que a ella, sus ropas estaban rasgadas y con muchos golpes en el rostro, posiblemente también fue atacada y golpeada como las demás mujeres, cuando pude estar a su lado, note un sagrado profundo, una cuchillada muy profunda en el estómago, el olor de su sangre hizo que mi sed se incrementara.

-          ¿Cómo te llamas?

La mirada de la niña se posó en mí, ella grito al escuchar los lobos y al parecer era lo que le quedaba de fuerzas, intento levantar la mano pero sus fuerzas eran pocas, eran sus últimos momentos. Tome su mano y la apreté.

-          María, mi nombre es María.

-          María como la madre de dios, muy lindo.

Mis momentos de servir a dios parecían regresar, para darle paz a la pequeña, pero mi instinto de depredador estaba más latente, quería beber el líquido rojo y tibio que emanaba de ella, era asqueroso para una parte de mi mente, pero para otra era una necesidad.
-          
Voy a morir verdad, e iré al infierno por ser impura, no es así.

-          No, no, los niños siempre están más cerca del señor.

Una sonrisa se dibujó en sus labios. Cuando escucho esas palabras, siempre decía eso a los peños que estaban enfermos y en sus últimas horas, era ya algo común para mí. Cuando de repente la pequeña se desmayaría por el dolor de los golpes y heridas en su cuerpo, no había más que hacer, solo esperar la muerte o tal vez ayudarla.


-          Sancte Michaël Archangele, defende nos in proelio ut non pereamus in tremendo iudicio. (Oh San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla para que no perezcamos en el tremendo juicio.)
-          Angele Dei, qui custos es mei, Me tibi commissum pietate superna: (hodie, hac nocte) illumina, custodi, rege, et guberna. Amen. (Ángel de Dios, que eres mi custodio: ya que la piedad de lo Alto me ha confiado a ti, ilumíname, guárdame, guíame, gobiérname.)
Después de estas plegarias, mordí su cuello, como lo había hecho con los animales que había cazado, la pequeña salto un momento por el dolor de los punzantes dientes entrando en su cuello, después su cuerpo se relajó, parecía que comenzaba a quedarse dormida, y en un sueño del cual jamás abriría de nuevo los ojos.
Entre mis pensamiento cruzaron muchas cosas, lo que pensé de Irme cuando lo vi hacer esto, lo monstruoso que me parecía. Pero ahora, era la sensación más agradable que hubiera sentido, no me detendría hasta drenar la última gota que quedaba en la niña.
Cuando todo termino, solo pude llevar los cuerpos y enterrarlos.
Me sentía lleno de fuerza, pero mi mente y corazón no se perdonaban por lo que había hecho.











Arco 2. Capítulo 4. El nido de la araña.

Arco 2.
Capítulo 4.
El nido de la araña.

El tren con un sonido fuerte y un pequeño movimiento detuvo su camino, llegando a la central de Luxemburgo. Los dos médicos, tomaron sus maletas, dirigiéndose a la salida más cercana.

-          Primero iras al hotel donde te quedaras, o quieres compartir taxi para ir a la clínica, aun debo pasar a dejar algunos papeles.
El señor Graff hizo esta propuesta, Lander aún se sentía incómodo con su presencia, pero sería bueno llegar con el director del hospital, las presentaciones serían más rápidas, así que accedió a compartir el taxi. 

Mientras viajaban en el taxi, Lander se dio cuenta que el señor Graff, seguía muy calmado, no parecía el director de alguna institución médica, no se veía cansado, o que el trabajo de médico le cobrara la factura de las guardias o trabajo en el hospital.
-          Dr. Cole, ¿ha escuchado la teoría de loa agujeros negros?
-          En alguna ocasión, la física no es una de mis ramas.

-          Se lo pondré de esta manera, se dice que los agujeros negros tienen calor, y en vez de crecer estos explotan en lo que pierden ese calor, como tal si existe calor tal vez exista la luz en él, y la mayoría de las personas colocan a un agujero negro como la manifestación total de la oscuridad, pero sin luz no puede existir oscuridad y eso es mi clínica, una luz en la más densa oscuridad.

-          Parece que estuviera hablando, de que fuera la luz de dios.
Respondió Lander un poco sarcástico, ya que él hace mucho había dejado de creer en él.
-          No somos dioses, pero somos más misericordiosos que él, cuando un hombre o mujer enfermo nos pide ayuda.
Lander solo pudo soltar una risotada, al escuchar tal declaración, un hombre que ayuda a morir a otro, y es misericordia de él, eso es más que un simple asesinato. Ya que los verdaderos médicos buscan salvar vidas, no ayudar a terminarlas.
-          Puedes pensar que es arrogancia de nuestra parte, pero hace muchos años y en la actualidad es lo mismo. Siempre hay una enfermedad, ya sea médica o social, que pide vidas.
Esta última frase fue el fin de la conversación, el taxista indico la llegada al destino, cuando los médicos salieron del taxi y bajaron sus maletas, pudieron ver la clínica, que más que clínica parecía una mansión, con una arquitectura gótica, las esquinas de la casa custodiadas por gárgolas seme humanas pero su cara de bestias podían aterrorizar en una noche de luna llena.

Los médicos arrastraron sus maletas hasta la entrada, una cámara los seguía desde que entraron por una vieja reja, y un jardín con algunos árboles y rosales adornaban el frente de la clínica. 
-          Diablos, sí que esto de matar gente, les deja dinero.

Graff se giró hacia él, era más alto que Lander, y su figura imponía respeto aun sin realizar ninguna acción.
-          Preferiría que no usaras esos términos, ya que el jefe de médicos tiene una ideología muy fuerte es cuestión a cómo tratar a los pacientes terminales.
-          Entendido señor, no hare más comentarios de esa índole.

Los dos hombres se relajaron y tocaron el timbre, una dulce voz de mujer se escuchó por la alta voz, para darles la bienvenida, mientras un sonido fuerte sonó mientras la puerta se abría. Las dos personas pararon mientras la puerta se movía atrás de ellos, Lander sintió que en ese momento dejaba su humanidad detrás de la puerta que automáticamente se cerraba.











lunes, 24 de agosto de 2015

Despertar amargo.

Arco 1.

Capítulo 4 
                           
Despertar amargo.

La luz de la mañana entraba se colaba por las rendijas de una prisión del monasterio de Monte Oliveto Maggiore, Blacke podía sentir como esa luz quemaba sus parpados. Entonces abrió sus ojos a un nuevo mundo, podía ver cosas tan pequeñas que antes no podía percibir, como el polvo en el aire y como la luz se descomponía en cada lugar, hasta que esta se transforma en la oscuridad.

Miro a su alrededor, el lugar era conocido y desconocido a la vez, los detalles que sus ojos percibían hacían que el lugar fuera algo totalmente nuevo, cuando intento ponerse de pie se dio cuenta que estaba encadenado,  rodeado de otros cuerpos de Frailes que habían perdido la vida hace poco.

Las cadenas de sus muñecas y tobillos no eran molestos, más bien parecían hilos muy delgados que intentaban sujetarlo a una hoja de papel, siguió mirando hasta que noto algo en uno de los cadáveres, sus labios habían sido cosidos, Blake intento tocar su rostro y sin darse cuenta había separado la cadena que ataba su brazo derecho de la pared, su fuerza ya no era común, sus ojos eran más potentes que un telescopio,  toco su rostro y pudo sentir como un hilo grueso unía sus labios.

Un momento de dolor y desesperación cruzo sus sentidos, pero después se dio cuenta que la sensación era nula, como si su cuerpo estuviera adormecido por alguna droga.

Estaba a punto de jalar el hilo que mantenía unidos sus labios, cuando una mano lo detuvo, miro a su costado para mirar a quien pertenecía esa mano.

-          Si haces eso destrozaras tus labios y será difícil que te puedas alimentar para que puedas sanar todas tus heridas.

Irme había detenido su movimiento, este tomo un cuchillo afilado que portaba en su cinturón, y corto el cosido de los labios de Blake. Este retiro el hilo, sintiendo una leve sensación de hormigueo mientras este retiraba de los orificios hechos por la aguja e hilo.

-          Te preguntaras que haces aquí, en las mazmorras de la Abadía.

Blake asintió con la cabeza, mientras podía sentir y tocar como las heridas de sus labios, se cerraban.

-          Mientras termine de tomar tu sangre, entraron los frailes a tu celda, para verificar tu estado, y antes que pudiera sacar tu cuerpo del Monasterio ellos, hicieron sus ritos funerales, pero leyeron tu ultimo escrito como humano, y cosieron tu boca y te metieron aquí, dos veces vienen a revisar los cadáveres que ponen aquí, desde que moriste ellos temen que se convierta en una nueva plaga.

Blake terminaba de quitarse las cadenas que lo ataban, su nueva fuerza lo sorprendía, era más de lo que él se imaginaba. Cuando nació un calor desde su estómago, subiendo por su esófago y llegando a su garganta, sentía que se ahogaba, después una sed que no podía controlar, sus ojos buscaban agua, o algo que apaciguará la sensación en su cuerpo.

Irme extendió la mano con un ánfora, el fraile la tomo rápidamente, abriéndola y bebiendo el contenido, un segundo sintió que su corazón regresaba a la vida después, pero no escuchaba ningún latido, pero su sed estaba desapareciendo, sentía que el calor de su garganta era menos, su mente regreso y cuando pudo percibir el olor de la sangre, este dejo caer la ánfora derramando su contenido, un charco rojo se formó en aquel lugar.

La reacción de Blake fue de asco, este se agacho e intento vomitar, pero nada logro con ello, su sed estaba saciada.

-          Creo que tu cerebro aun intenta reaccionar humanamente, pero lo has dejado de ser un simple humano. Es hora de irnos, que pronto vendrán los custodios a revisar.
Irme estiro la mano para ayudar al fraile a ponerse de pie.
-          Conoce tu nuevo mundo, en el mundo que ya creías conocer.