martes, 9 de junio de 2015

Arco 1.
Capítulo 2.
La verdad siniestra.

El gallo cantaba, el amanecer llego con colores de un rojizo pálido, el fraile Blake postrado en un rincón de la cabaña abría los ojos pensando que todo fue un pesadilla, miro el escenario, camas y piso lleno de personas sin movimiento, ninguna reparación agitada o sonidos de dolor, todo era calma y quietud.

La luz fue invadiendo las sombras, todo se hacía más claro, cuando el lugar se ilumino por completo un hombre de espalda ancha, fuerte como un guerrero romano, su cabello era del color de la ceniza. Totalmente desnudo estaba en medio de los cadáveres. Fue como ver en vida uno de los círculos infernales, el fraile puso una cara de horror, recordó poco a poco lo que sucedió en la noche, del ser que llego al lugar ahora aparecía un hombre, o un demonio con piel de oveja.

Intento ponerse de pie, los nervios lo traicionaban, callo unas cuantas veces antes de lograr estar firme, sus ojos intentaron localizar de nuevo el humano que estaba en la cabaña con él.

-          La vista humana, no puede seguir nuestros movimientos, mi querido Fraile.
Una voz armoniosa como el canto de un ave se dejó escuchar, dulces palabras del demonio, a si Blake lo pensó.

-          Creo que tendrá preguntas de lo que paso aquí, bueno aunque ya todos están muertos y sin sufrimientos.

Irme estaba ya al lado del fraile, el intentaba regresar a la razón, anoche después de un rato perdió el conocimiento así que no supo de él hasta ese momento.
-          ¿Qué eres tú, que quieres de mí?

Aquella persona sonrió, pudo verse una dentadura tan bien definida y tan blanca como la leche, que le parece tan gracioso pensó Blake, en ese lugar solo hay muerte.
-          Bueno al parecer te quedaste mudo, entonces te explicare, noche y día,  muerte y vida, todo un equilibro, pero siempre hay un punto medio.

El alba, el crepúsculo, el moribundo, puntos medios entre uno y otro, y yo soy el punto medio entre la vida y la muerte, entre el día y la noche. Soy alguien que ya dejo este mundo, pero que no puede ir al cielo o al infierno. Soy tan humano como tú, pero a la vez tal como un animal, siguiendo sus instintos.


El fraile escuchaba sus palabras que taladraban sus ideas, chocando con todas sus creencias, solo podía pensar en el demonio había llegado a la tierra, el apocalipsis iniciaría y él es testigo de tal acontecimiento.

-          Pero no soy un demonio ni yo mismo entiendo aun mi origen, solo sé que un día desperté y era así, con una sed que el vino o el agua no calmaba, hasta que probé la sangre de un ciervo, tan dulce para mí y llenándome de una fuerza que supera a una cuadrilla de los mejores soldados. Pero al paso de no probar la sangre de algún ser vivo me debilitaba, envejecía y me hacía parecer un dragón, pero cuando no puede más, probé la sangre humana, era dulce como la miel y la que más hacia durar mi juventud.

Blake se preguntaba por qué a él, le contaba todo esto, el demonio se confesaba con él, pretendía el perdón de dios, o simplemente le explicaba todo antes de que al también lo matara.

-          ¿Por qué me lo cuentas? El fraile con voz temblorosa, realizo esta pregunta.
-          ¿Por qué?, porque alguien debe documentar y saber que existo, o mejor dicho que existimos más en este mundo.

-          Y la única forma de que podamos pasar a la historia es que alguien escriba sobre nosotros, es como Jesucristo, nadie de esa época vive ahora y solo por lo que las personas escribieron, creen y adoran. La fe es tan voluble.

Todas estas palabras Irme eran tan claras como la luz de la mañana, precisas y bien argumentadas. A Blake no se le ocurría algún argumento para refutar estas ideas, que llevan a la mente a un caos y después a la iluminación.

-          Así que te he observado este tiempo, luchando por salvar vidas, tú siendo un fraile  preparado en las lecturas y escrituras, quiero que escribas sobre mí.

La historia se escribe por los que sobreviven o los ganadores, entonces significa que la noche anterior el sobrevivió para escribir la historia de una raza de algún tipo de hombre o animal.








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