sábado, 13 de junio de 2015

Arco 1.

Capítulo 3.

El inicio de la Historia

Abadía de Monte Oliveto Maggiore, Año de 1351.

A pasado un año completo desde la noche en que el pueblo fue limpiado de los moribundos y enfermos, donde e iniciado la documentación de  tal vez la evolución humana, o simplemente la debla que de la raza, llegando hacer un consumidor de almas.

Yo el Monje Blake, inicio la escritura de la historia que el señor mi dios me ha dado la tarea de llevar acabo en este mundo, aunque he resistido la enfermedad que acabado con poblados enteros, poco he de seguir con vida. Y todo por la ayuda de Irme, que como una sanguijuela extrae la sangre maldita de la enfermedad, pero mi cuerpo es incapaz de eliminarla, solo es tiempo prestado por el demonio.

Me encuentro en una de las celdas más alejada del monasterio, a los que son enviados los enfermos sin remedio, aun que mis compañeros comienzas a sospechar de mí, ya que mi compañero, termina con la vida de los enfermos que llegan aquí, y yo continuo con vida. Posiblemente pronto me juzguen como un demonio que consume las vidas de mis hermanos.

Por eso esta noche escribiré todo lo que he vivido este año.

Esa noche aún sigue siendo algo confusa para mí, aun que Irme me la ha relatado con cada detalle en ella, no puedo fiarme de un demonio, o en este caso no se considera un demonio si no alguien que no puede morir dos veces.

Él se presentó como un viajante entrando sin que nadie se diera cuenta a la aldea y la cabaña donde estaba todo los enfermos. Donde yo me encontraba, tuvimos una charla al parecer me dio sus razones para lo que después pasaría, no puedo llamarlo a masacre ya que todos habían sido dejados sin gota de sangre.

Cuando pude ver, era parecido a un reptil, un cocodrilo gigante, lleno de escamas verdosas, estrías, aunque su cara no me era muy clara ya que llevaba una túnica que lo cubría, y más la oscura noche poco detalles puedo recordar de su física.

Entonces inicio, como ángel de la muerte se abalanzó sobre cada enfermo, parecía que mordía la parte del cuello de ellos, al parecer es como si un animal ponzoñoso los mordiera sus cuerpos reaccionaban aun pinchazo después estos se mantenían en calma, muy parecido a los que pasa con algunas serpientes y arañas, cuando atrapan a sus presas, los muerden para dejarlos incapacitados para defenderse.


Después de ver esta escena perdí la razón, y termine durmiendo hasta la maña siguiente. Cuando desperté encontré un solo sobreviviente, un hombre de cabello como la ceniza, pero su cuerpo era el de un hombre joven, entre los 20 y 25 años, preparado para la guerra, un espartano en todo sentido, de músculos hechos para la lucha.

Me dio su nombre Irme, en este caso no podría ser un demonio ya que cuando conocemos el nombre del demonio podemos expulsarlo al infierno,  como dicen las escrituras para los exorcismos.

Él no se denomina como un muerto ya que su corazón late, pero es tan lento que parece, que este se ha detenido, su origen incluso es un poco desconocido para él, al aparecer perdió la vida en alguna de las batallas con los mongoles, ya que despertó en un campo lleno de vestigios de esta, sin saber por qué seguía vivo.

Después del incidente comenzamos un viaje por otros pueblos y ciudades cercanas a la Abadía de monte Oliveto, no comía o bebía algo, a veces solo para aparentar consumía algún fermentado, aunque su cuerpo no presentaba cambios hasta después de unos meses sin consumir sangre humana, pude notar que sus manos se llenaron de escamas, una extraña reacción hacia el sol, su piel se quemaba con facilidad al contacto con los rayos del astro, así que comenzamos a viajar de noche, hasta que de nuevo sucedió, encontramos un pueblo moribundo donde el actuó de nuevo. Después de eso de nuevo pudimos viajar de día, y el recupero la juventud, era algo raro de explicar, pero cada vez que consumía sangre de las personas, su fuerza y juventud regresaba.

Durante nuestro viaje sucedió algo, uno de los moribundos despertó después de que él lo mordió, él dijo que a veces si dejaba una sola gota de sangre en el cuerpo, el moribundo parecía regenerarse y se convertía en uno de ellos, pero este pobre hombre parecía estar loco, ya que ataco a Irme de inmediato, entonces con la mano desnuda mi compañero lo decapito, impresionante el poder que tenía, al parecer pocos conservan su inteligencia otros simplemente se convierten en demonios deseosos de sangre.

Después de visitar algunas poblaciones y repetir varias veces la misma forma de actuar, mi cuerpo comenzó a degenerarse, presentando más síntomas, entonces Irme tomo de mi sangre una noche, que tal vez era la última, aunque desperté sin fuerzas seguía vivo y sin convertirme en un no muerto como él. Sus palabras, es como extraer el veneno de algún animal y dejar la sangre buena.

Después de algunas semanas,  pasando  por lo mismo decidí entrar a la Abadía para documentar estas memorias, y que quede asentado lo que viví al lado de posiblemente mi ejecutor.

Ya que mis días están a punto de llegar a su fin he pedido que tome mi vida, y posiblemente resista al paso entre la vida y la muerte, para vivir en la eternidad con mi compañero de viaje Irme.

No puedo dejar de preguntarme, que tipo de criatura es Irme, por eso he llegado a esa decisión.

Este documento está escrito solo con la verdad.

Firma y sella
Fraile Blake.






miércoles, 10 de junio de 2015

Arco 2.

Capítulo 2.

Los trenes que escuchan historias.

Central de trenes de Suiza. 10:00 am.

Lander con grandes ojeras adornando su cara, arrastrando sus maletas de manera desganada por los andenes de la estación, buscaba el tren que lo llevaría a Luxemburgo, después de su última noche con su amante que no vería en dos meses, ya que estaría en una clínica para enfermos terminales. Donde se les da un tratamiento especial para morir que causa poco dolor, las personas que lo han visto lo describen es la forma más rápida y tranquila para morir.

Para el, que trataba muchas veces con personas con cáncer y sin mucha esperanza de vida, el hospital lo envió para que se cerciorara que la forma que describen en su tratamiento para el último paso era así, como lo describían los estudios que manejaba la clínica Azaril, aunque sus reportes parecían tener muchos detalles sin una explicación más desarrollada.

La estación de trenes que parecía sacada de alguna película antigua, con su reloj central en la fachada marcando las horas. Lander con boleto en mano caminando por los andenes correspondientes del tren que lo llevaría a su estancia de dos meses. Un tren reluciente y de color blanco,  de los que tanto se a alardea son de los más veloces del mundo y cómodos para los pasajeros, a mucha gente le causaría gran emoción abordar un tren a sí, pero para el solo es una pérdida de tiempo, al final de cuentas solo va a un lugar donde dan una forma “romántica” para morir a una persona.

Pero aun a sus pensamientos Lander subió al tren, se sentó en el número del asiento que le correspondía, aun tardaría 15 minutos más el tren en salir, un par de horas de trayecto de seguro le ayudaría a dormir un poco, para estar más centrado, ya que las noches anteriores entre guardias y emergencias poco pudo hacerlo.

-          Disculpe, buenos días, creo que las próximas horas seremos compañeros de viaje.
Un hombre ocupaba el asiento libre al lado de Lander, un hombre con gran porte, su espalda ancha, ojos de color verde, aunque su cabello cenizo le daba un toque de vejes, hasta el olor del perfume Chrome Azarro, era muy fuerte. Una persona que no podía pasar desapercibida. O más bien parecía que quería llamar la atención.

-          Buenos días, le pediría que si me duermo no lo tome como una falta de respeto, estoy bastante agotado. Lander pensó que si viaje sería más solitario.

-          Mis disculpas joven, al parecer su noche fue muy agitada, hare lo posible para no molestarle.

Lander asintió con la cabeza, el hombre era muy educado, aunque su presencia comenzaba a llamar de alguna manera la atención del médico. Después de unos minutos de espera el tren inicio su recorrido, solo un sonido leve y la sensación vaga de movimiento hizo que el estómago de Lander saltara y se percatara de esto.

-          Solo por estas sensaciones que aun el cuerpo humano percibe, notamos que comenzó a moverse el tren, en la actualidad, la estabilidad de estas máquinas es impresionante, anterior mente los trenes eran muy ruidosos, incluso los maquineros corrían el riesgo de quedarse ciegos por los contaminantes del carbón.

Lande miro a la persona que estaba sentado a su lado, al parecer noto su reacción cuando el tren inicio la marcha, aunque para el nunca hizo algún gesto para que alguien se percatará, o mejor dicho no es una reacción rara, todos los pasajeros experimentan esa sensación, tal vez por eso lo menciona.

-          Parece que sabe bastante de trenes, hasta pareciera que viajo en alguno de ellos, hahahaha.

El compañero de viaje solo sonrió, su cuerpo se orientó hacia Lander.

-          Un gusto señor Cole Lander, mi nombre es Graff Irme, será un placer tener una plática con usted.






martes, 9 de junio de 2015

Arco 1.
Capítulo 2.
La verdad siniestra.

El gallo cantaba, el amanecer llego con colores de un rojizo pálido, el fraile Blake postrado en un rincón de la cabaña abría los ojos pensando que todo fue un pesadilla, miro el escenario, camas y piso lleno de personas sin movimiento, ninguna reparación agitada o sonidos de dolor, todo era calma y quietud.

La luz fue invadiendo las sombras, todo se hacía más claro, cuando el lugar se ilumino por completo un hombre de espalda ancha, fuerte como un guerrero romano, su cabello era del color de la ceniza. Totalmente desnudo estaba en medio de los cadáveres. Fue como ver en vida uno de los círculos infernales, el fraile puso una cara de horror, recordó poco a poco lo que sucedió en la noche, del ser que llego al lugar ahora aparecía un hombre, o un demonio con piel de oveja.

Intento ponerse de pie, los nervios lo traicionaban, callo unas cuantas veces antes de lograr estar firme, sus ojos intentaron localizar de nuevo el humano que estaba en la cabaña con él.

-          La vista humana, no puede seguir nuestros movimientos, mi querido Fraile.
Una voz armoniosa como el canto de un ave se dejó escuchar, dulces palabras del demonio, a si Blake lo pensó.

-          Creo que tendrá preguntas de lo que paso aquí, bueno aunque ya todos están muertos y sin sufrimientos.

Irme estaba ya al lado del fraile, el intentaba regresar a la razón, anoche después de un rato perdió el conocimiento así que no supo de él hasta ese momento.
-          ¿Qué eres tú, que quieres de mí?

Aquella persona sonrió, pudo verse una dentadura tan bien definida y tan blanca como la leche, que le parece tan gracioso pensó Blake, en ese lugar solo hay muerte.
-          Bueno al parecer te quedaste mudo, entonces te explicare, noche y día,  muerte y vida, todo un equilibro, pero siempre hay un punto medio.

El alba, el crepúsculo, el moribundo, puntos medios entre uno y otro, y yo soy el punto medio entre la vida y la muerte, entre el día y la noche. Soy alguien que ya dejo este mundo, pero que no puede ir al cielo o al infierno. Soy tan humano como tú, pero a la vez tal como un animal, siguiendo sus instintos.


El fraile escuchaba sus palabras que taladraban sus ideas, chocando con todas sus creencias, solo podía pensar en el demonio había llegado a la tierra, el apocalipsis iniciaría y él es testigo de tal acontecimiento.

-          Pero no soy un demonio ni yo mismo entiendo aun mi origen, solo sé que un día desperté y era así, con una sed que el vino o el agua no calmaba, hasta que probé la sangre de un ciervo, tan dulce para mí y llenándome de una fuerza que supera a una cuadrilla de los mejores soldados. Pero al paso de no probar la sangre de algún ser vivo me debilitaba, envejecía y me hacía parecer un dragón, pero cuando no puede más, probé la sangre humana, era dulce como la miel y la que más hacia durar mi juventud.

Blake se preguntaba por qué a él, le contaba todo esto, el demonio se confesaba con él, pretendía el perdón de dios, o simplemente le explicaba todo antes de que al también lo matara.

-          ¿Por qué me lo cuentas? El fraile con voz temblorosa, realizo esta pregunta.
-          ¿Por qué?, porque alguien debe documentar y saber que existo, o mejor dicho que existimos más en este mundo.

-          Y la única forma de que podamos pasar a la historia es que alguien escriba sobre nosotros, es como Jesucristo, nadie de esa época vive ahora y solo por lo que las personas escribieron, creen y adoran. La fe es tan voluble.

Todas estas palabras Irme eran tan claras como la luz de la mañana, precisas y bien argumentadas. A Blake no se le ocurría algún argumento para refutar estas ideas, que llevan a la mente a un caos y después a la iluminación.

-          Así que te he observado este tiempo, luchando por salvar vidas, tú siendo un fraile  preparado en las lecturas y escrituras, quiero que escribas sobre mí.

La historia se escribe por los que sobreviven o los ganadores, entonces significa que la noche anterior el sobrevivió para escribir la historia de una raza de algún tipo de hombre o animal.








jueves, 4 de junio de 2015

Arco 1

Capítulo 1.

Toda luz genera una sombra.

Durante el Siglo XIV, el año 1350 de nuestro señor, cerca de la Toscana Italiana, una aldea comenzaba a desaparecer, azotados por la pandemia de la peste negra. Los cadáveres incontables ya hacían en las calles, el esfuerzo de las monjas y sacerdotes eran inútiles. Las muertes no se podían evitar, mujeres, niños eran evacuados con poco éxito, la muerte se apodero de mundo.

En una de las cabañas alejadas del pueblo donde se llevaban a los infectados por la enfermedad el Fraile Blake, hacia su mayor esfuerzo, posiblemente ya estaba condenado a muerte por el contacto con los enfermos o simplemente la desesperanza de no poder ayudar al pueblo del señor a sanar, lo hacían pensar que el infierno ha emergido a la tierra.

Hierbas, métodos gitanos, incluso magia negra, se había intentado todo lo permitido o prohibido para curar a los poblados, pero nada resultaba, solo podía esperarse la muerte una vez iniciada la enfermedad. La desesperanza del Fraile se hacía notoria, cada vez más alejado de su fe.  Pocas veces se le veía haciendo oración o dedicándole tiempo aquel le llamaba dios.

Casi siempre se le podía ver acompañando a los enfermos en las cabañas, pasaba noches y días cuidando y haciendo que sus últimos momentos fueran lo menos dolorosos, algunas hierbas mitigaban el sentido del dolor pero todo era pasajero, siempre la sensación estaría.
Una noche bajo la luna llena, pocas velas alumbraban el lugar de un enfermo, apunto de fallecer, poco podía hacer el Fraile Blake, las hierbas no funcionaban, el dolor de su paciente crecía conforme la noche avanzaba. Quejidos por el dolor del cuerpo y tos acompañada de sangrado, aunque eso era normal en el lugar, la muerte siempre rodeaba el lugar en espera del siguiente.
El fraile solo se dedicaba a cambiar las compresas con agua fría para mitigar la temperatura, cuando cambiaba una de las compresas, el enfermo tomo su brazo con la poca fuerza que le quedaba.
 
-          Por favor, por la misericordia del señor, ayúdame a morir, no soporto más este dolor.
-          Hijo mío, no puedes pedir esas cosas, solo son alucinaciones, dios sigue contigo.
 
-          Porqué mientes a alguien que está a punto de morir. Eso no es misericordia, simplemente es la forma de que tu conciencia no te recrimine después. A si es como se maneja en estos tiempos un siervo del señor.

Desde el lugar más oscuro un individuo oculto en las sombras, dijo esas palabras. El Fraile asustado, pensando que solo estaba él y los enfermos, busco el origen de aquella voz, que parecía venir desde la misma muerte, tan frías y secantes frases. Al ver la figura oculta en las sombras, clavo su mirada intentando darle forma a lo que se encontraban en ella.

-          Acaso realmente no sería humano darle fin a su sufrimiento, tanto dolor y desesperanza en un corazón, no sería justo ayudarlo a que llegara su alma con el creador. Fraile Blake, no tema a la muerte que en la muerte hay vida. No es lo que predica su palabra, entonces para que alargarla si no tiene fuerzas para seguir con ella.

En esos momentos esas palabras no se le hacían nada desconocidas a Blake, ya que el mismo las había pensado cuando aumentaban los muertos por la enfermedad, que no puede hacer nada más por los enfermos que ayudarlos a llegar rápidamente con dios, ya que no hay curra para esa enfermedad. Para debería dejar que su agonía fuera tan larga.

-          Entonces hagamos un acto de piedad mi estimado fraile, ayudemos a llegar a la otra vida a esta persona que lo suplica.

La voz ya no sonaba en el lugar donde la tenía la mirada fija, ya se encontraba a sus espaldas, sintió como una mano helada le tomaba el hombro. Intento mirar el aspecto de la mano que se había postrado en él, entonces un grito ahogado, parecía la mano de un muerto, llena de cortes, las uñas largas y de un color de un cadáver.

Se levantó de donde se concentraba, sus ojos asustados se movían buscando el rostro, su cerebro lleno de pensamientos que el mismo demonio estaba en ese lugar para llevarse las almas del todo pueblo al infierno. No podía enfocar correctamente entre luz y sombra no podía ver el rostros de aquel ser, solo podía ver una túnica cubriéndolo.

-          Dios santo, que demonio ha llegado a aquí para arrastrar al infierno. Pater Noster, qui es in caelis, sanctificétur nomen Tuum. El Fraile en su limitado razonamiento por el miedo, solo comenzó a rezar tan fuerte, pero fue acallado por una voz que se imponía a la de él.
 
-          No soy un demonio o al menos no me considero uno, si hay animales muertos en este mundo hay carroñeros que se encargan de comer su carne, es la naturaleza, incluso los humanos creados a la forma de dios, lidiamos con la naturaleza. Fraile no tenga miedo que no vengo por su vida, hoy no, es su turno.
 
La sangre de Blake se congelo, parecía que todo se movía tan lento, la sombra  dio un paso hacia adelante dejando que su rostro se iluminara con la luna, una carne tan blanca como la misma luz que la revelaba, unos dientes que sobresalían de los labios, parecía estar llena de escamas o esa impresión le dio al fraile.
 
-          Demonio, demonio, demonio, aléjate de nosotros, no te llevaras estas almas del señor.
 
-          Ya hace mucho el demonio se llevó al carajo este pueblo, y aun te atreves a decir que dios no los ha abandonado, mira poco a poco presentas la enfermedad, y piensas que tu dios nos ayudara. Una gran risa salió de aquel ser que se presentaba al Fraile.
 
 
-          Dios es grande y jamás nos abandonara, él nos esperara en su reino, no en este mundo.
-          Si, si, sí. No estoy aquí para discutir tu creencia. Solo vengo a terminar con el sufrimiento de estos hombres, ya que te lo he dicho, su próxima muerte puede ser vida para mí.
 
-          Ni se te ocurra hacer algo, piensa devorarlos demonio.
 
-          No soy un caníbal, no me apetece la carne humana.
 
Se acercó al hombre que tenía pocos minutos de vida, sus ojos que parecían agujeros negros, se cruzaron con aquel que ya convalecía en cama.

-          El ángel de la muerte ha llegado por mí, llévame a la paz eterna. Dijo aquel hombre moribundo.
 
-          Descansa en paz hermano mío, que tu alma llegue al señor.
 
El ser se abalanzó sobre él, el cuerpo del hombre en cama se sacudió un momento después de unos segundos dejo de hacer, Blake no sabía que estaba pasando, sus sentidos no respondían, no sabía si atacarlo, rezar o simplemente dejar que el demonio se llevara las almas de todos.
La respiración de aquel hombre tubo un segundo de agitación y después de unos minutos todo había terminado, el hombre había dejado de respirar, su semblante era tranquilo, no parecía que sufriera más, en ese momento aquel ser que estaba sobre él, se apartó, todo su cuerpo había cambiado, su carne blanca a hora gozaba de un color rosado intenso, sus ojos ya no eran oscuros sino de un verde del color del jade y hasta pudo notar que aparecía cabello en la cabeza del ser, se convertía en un humano.

-          Deje presentarme mi estimado Fraile, mi nombre es Irme, dejemos que soy un antiguo morador de las tierra.

Se quitó la capucha de la túnica, su pelo era largo y dorado, pocos veces se podía ver personas con esas características físicas, normalmente las personas de las aldeas cercanas tenían la piel más oscura, su cabello y ojos de colores castaños.  Pero lo más descosen ante para Blake era todo lo que paso hace uno minutos, un demonio tomo la vida de alguien ahora se le presentaba como un humano cualquiera. Dios lo había abandonado definitivamente, los demonios por fin habían subido a la tierra como lo decían los textos, se vestirían de ovejas y se confundirían con el rebaño del señor.

-          Mi querido fraile, le repito yo no soy ningún demonio, soy un humano pero con potencial diferente y una alimentación poco normal. Por ahora solo le puedo indicar que ellos mueren tranquilamente, ya que su cuerpo se paraliza es como una anestesia muy fuerte, después solo se sentirán sin fuerza y se quedaran dormidos, ya no sufrirán, así que si me disculpa hay muchas personas que necesitan el descanso eterno.

Y con esas frases las sombras se apoderan del lugar, abalanzándose en cada rincón, en cada cama que se encontraba un enfermo, cada vez se le notaba más fuerza al hombre. Si es lo que aseguraba ser. Esa noche muchos hombres y mujeres, tomaron su última bocanada de aire antes de ir con su creador.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Arco 2.

Capítulo 1.

Una Verdad a medias.

Hospital de especialidades, de la Ciudad de Suiza.

Una noche terrible había terminado la luz del sol entraba por los ventanales, lastimando los ojos del Doctor Lander,  tres pacientes en etapa terminal de cáncer habían perdido la batalla, aunque es la nueva pandemia del siglo, para el doctor cada paciente que no podía salvar era una batalla perdida. Algo que no podía perdonarse. No olvida cada caso, cada rostro, los guarda y ese dolor lo hace que cada paciente nuevo la lucha sea más grande.

Llego a la sala de doctores y se dejó caer en una silla, se cubrió los ojos con el antebrazo, para intentar evitar que la luz lo lastimaran más, ya que no pudo dormir tanto por el trabajo como los pacientes como lamentar las perdidas. Después de unos minutos unos brazos delgados rodearon el cuello de Lander, un perfume con olor a frutos rojos inundo el lugar, su cabeza quedo recargado en los pechos de una mujer pelirroja, de figura estilizada y piernas largas que presumía con una falda corta.
 
-          Otra vez te pones a si, deberías regresar a la medicina general y dejar esa especialidad.
 
-          Querida Eline,  no sé cuántas veces lo tendré que repetir, quiero ayudar además de dejar mi nombre en la historia de la medicina.
 
-          Si, si, siiii, ya sé que quieres hacer historia, pero por ahora solo deberías relajarte. Esta noche te veré en casa y preparare la cena y tu postre bueno ese lo podrías comer desde ahora.
La mujer acerco su rostro para besar a Lander pero este la detuvo, un gesto de molestia apareció en ella, dio algunos pasos atrás,  para darle la espalda al médico que literalmente se convirtió en una marioneta sin vida en la silla.
 
-          Solo recuerda que esta es la última noche que pasaremos juntos, porque te iras dos meses a Luxemburgo, y no sé si lo resistirás tu qué quieres salvar a todos, estar en una clínica para la eutanasia.
La mujer se giró para ir a una mesa donde una cafetera terminaba de extraer el líquido vital para varias personas, tomo una taza de color blanco y sirvió el líquido tan negro que se dudaría que fuera café, tomo un sobre de crema y tres de azúcar, los dejo en la mesa donde Lander se encontraba sentado.
-          Al menos toma eso para que te despabiles y puedas manejar a tu casa. Y después te espero en la mía sin falta.
La mujer salió de la habitación, cerrando la puerta con cierto enojo, Lander solo giro el cabeza debido al sonido, se enderezo en la silla y con pocas energías comenzó a preparar el café.