TRES RATONCITOS EN NAVIDAD
Una mañana en un cabaña, rodeada por la nieve se escuchaba un gran
revuelo, era la mañana del día de la noche buena, en aquel lugar vivían tres
ratoncitos, el mayor del color de la
miel, el segundo blanco tal el copo de nieve, y el ultimo el más pequeño del
color del café con leche.
Los tres dormían en su madriguera, calientes con la paja que
recolectaron antes del inviernos, el ratoncito mayor, con sus grandes orejas
escucho mucho ruido de los humanos y despertó a sus hermanos. Saliendo a ver qué
es lo que pasaba, vieron a los niños correr y adornar el lugar con velas
blancas y adornos de colores, sin saber a qué se debía tanto alboroto se
acercaron al señor cucú, un reloj que llevaba varios años colgado en la pared.
-
Señor cucú, que es lo que pasa, porque tanto ruido tan
temprano, preguntaron los hermanos ratoncitos.
-
Esta noche es víspera de navidad mis amiguitos, en
unas horas será noche buena, una gran fiesta de comida y regalos iniciara.
Contesto el seños cucú.
-
Pero qué es eso, nosotros no lo conocemos, dijo el más
pequeño de los ratones.
-
Esta noche es noche buena, los humanos la celebran por
que el día de mañana es navidad, y Santa Claus, le trae regalos a los niños que
fueron buenos este año.
Los tres ratoncitos se miraron entre sí, no sabían de lo que el viejo
reloj hablaba, así que fueron a investigar, subieron por unos de los agujeros
que estaba cerca que ellos, lo habían hecho para ir de un lado a otro dentro de
la casa sin que los humanos los vieran.
Llegaron a la sala, y vieron un gran árbol o para ellos era enorme
dentro de la casa, asustados pensaron que la casa se caería, pero no vieron que
el árbol tuviera raíces, entonces acercaron a él, curiosos ya que colgaban
cosas de las ramas, subieron a él, el árbol se sacudió un poco ya que los
ratoncitos curiosos se acercaban a las esferas,
reflejando sus colores miel, blanco y del color del café, sus bigotes
temblaban, era curioso ver tanto color en un árbol.
En eso se escuchó que los niños entraban en la sala donde estaba el
árbol, con grandes botas en sus manos, se acercaron a la chimenea y la
pusieron, en una repisa encima de ella.
Dentro de esa bota un pedazo de papel. Los ratoncitos atentos a eso, movieron
la cabeza, al mismo tiempo, como un espejo reflejado uno al otro.
-
Ya quiero que sea navidad, dijo uno de los niños.
-
Si, Santa llegara esta noche, dejare leche y galletas
para él. Una niña muy ilusionada decía.
-
Navidad, Navidad hoy es navidad, Cantaba el niño más
pequeño de los tres.
Entre risas, y cantos las voces se fueron alejando, los ratoncitos,
bajaron del árbol, y se dirigieron a su madriguera, algo inquietos y nerviosos,
estaban maravillados del color y de la alegría que se sentía en el lugar. Pero
qué era eso de navidad y noche buena a un no entendían bien, y el señor cucú no
le podía explicar más.
¿A quién podrían recurrir para saber quién era esa tal Santa y por qué
le dejaban comida?
El ratoncito de color de nieve, dijo a si a sus hermanos.
-
Vamos con la gallina ella si debe saber.
-
Si, de seguro nos puede decir por qué tanto alboroto.
A si los tres ratoncitos salieron de la casa, dirigiéndose al corral de
las gallinas, en él se acercaron a una que muy sentada en su nido, cacareaba
una canción.
-
Señora Gallina, puedo hacerle una pregunta. Dijo el
ratón más pequeño.
-
Claroooo, dijo la gallina, moviendo la cabeza sin
parar.
-
Hoy es noche buena y mañana navidad, ¿pero por qué?;
hablo el ratoncito mayor.
-
Navidad es cuando nació un niño llamado Jesús, y los
humanos hacen una gran fiesta una noche anteeees, y para los niños buenos un
viejito, les trae juguetes.
Los ratoncitos sorprendidos, juntaron sus cabezas, y comenzaron a hablar
entre ellos.
-
Sera cierto eso, tal vez también nos pueda pedir algo
nosotros, somos buenos ratoncitos.
Se giraron hacia la gallina y le dieron las gracias. Después regresaron
a casa y buscaron como podrían hacer para poner unas botas como los niños, no
tenían chimenea, así que fueron a la cocina para ver que podrían utilizar.
Cuando llegaron a la cocina muchos olores se podían percibir en ella, de
comidas muy variadas, asombrados por todo lo que podían ver y oler. Entonces
una gran uva rodo hasta donde estaban escondidos, no pudieron resistir la
tentación y la tomaron, repartiéndose la jugosa uva, era suave y dulce, pocas
veces puede probar algo así.
Mientras comían, escucharon las voces de las personas mayores de la
casa, diciendo que la cena estaba casi lista, ya era más de medio día, y al
parecer los preparativos estaban casi completos, los ratoncitos caminaron con
mucho cuidado para que no se dieran cuenta de ellos. Entonces un listón para el
cabello fue dejado cerca de una ventana, así que rápidos lo tomaron y lo
llevaron a la madriguera, mordieron y cortaron el listón, en tres partes, cada
uno hizo su bota y la coloco cerca de la mesa donde comían lo que tenían
almacenado para el invierno.
Pero que más faltaba se preguntaron los tres ratoncitos.
El más pequeño y el más glotón
dijo: - la Cena es lo que nos falta-
A sí que de nuevo fueron a la cocina, recogiendo
y tomando lo que se encontraran, como migajas de queso, volitas de migajón que
las personas dejaron cuando cortaron el pan, otras uvas que cayeron de la mesa. Todo lo llevaron a la madriguera. Muy contentos los tres estaban, cuando se dieron cuenta la noche había caído, se
escuchaba entrar gente a la casa, en ratos niños y adultos cantando, risas.
La fiesta había iniciado, así que ellos también comenzaron a comer y a
jugar, todo el día se la pasaron investigando que era la navidad y juntando las
cosas, tenían mucha hambre. Pero recordaron algo, como sabría Sata lo que ellos
querían, ellos no sabían escribir y no tenían papel.
-
Entonces el llegara y no nos traerá nada. El más
pequeño con lágrimas en sus pequeños ojos de ratón aparecieron.
-
El ratoncito de blanco color lo tomo de las patitas y
le dijo. Si juntamos nuestros bigotes y deseamos lo que queremos este día, de
seguro él lo sabrá.
-
El ratoncito color de miel, también tomo las patitas
de sus hermanos, y movió la cabeza en forma de aceptación. Pidamos hermanitos.
Los ratoncitos tomados de las patitas cerraron sus ojos, inicio el más
pequeño, diciendo que quería el queso más delicioso para él y sus hermanos, el
segundo pidió la paja más suave y caliente para que todos durmieran muy bien, y
el más grande pidió que sus hermanitos siempre estuvieran con él.
Después de hacer esto los ratoncitos se fueron a dormir, los tres muy juntos
y acurrucados, durmiendo tranquilamente. Cuando de pronto toda la casa quedo en
silencio, las luces de las velas, bajaron, un regordete hombre bajo de la
chimenea y con él un regordete ratón, llevando las vestimentas de Santa Claus,
saco rojo de terciopelo, botones dorados, aquel hombre dejo al ratón, el cual
entro en la madriguera dejando rebanadas de quesos para los tres, se acercó a
los tres durmientes y cubrió con un edredón, tan suave y caliente que la
sonrisa de los tres el noto, para el ultimo regalo el dejo una pintura con un
ratón de color de miel acompañado de dos ratones de color blanco como la nieve
y otro de color café con leche, después de esto el salió, regreso con su amigo
gordiflón.
La mañana llego un gran alboroto se escuchó, ya que santa si llego
dejando juguetes a los niños de la cabaña, los ratoncitos despertaron, con la
sorpresa de que estaban cubiertos por el edredón, con un festín de quesos y un
cuadro pintado con amor de tres ratoncitos que hermanos son.
FIN.
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