viernes, 6 de marzo de 2015

TRES RATONCITOS EN NAVIDAD

Una mañana en un cabaña, rodeada por la nieve se escuchaba un gran revuelo, era la mañana del día de la noche buena, en aquel lugar vivían tres ratoncitos,  el mayor del color de la miel, el segundo blanco tal el copo de nieve, y el ultimo el más pequeño del color del café con leche.

Los tres dormían en su madriguera, calientes con la paja que recolectaron antes del inviernos, el ratoncito mayor, con sus grandes orejas escucho mucho ruido de los humanos y despertó a sus hermanos. Saliendo a ver qué es lo que pasaba, vieron a los niños correr y adornar el lugar con velas blancas y adornos de colores, sin saber a qué se debía tanto alboroto se acercaron al señor cucú, un reloj que llevaba varios años colgado en la pared.

-          Señor cucú, que es lo que pasa, porque tanto ruido tan temprano, preguntaron los hermanos ratoncitos.

-          Esta noche es víspera de navidad mis amiguitos, en unas horas será noche buena, una gran fiesta de comida y regalos iniciara. Contesto el seños cucú.

-          Pero qué es eso, nosotros no lo conocemos, dijo el más pequeño de los ratones.

-          Esta noche es noche buena, los humanos la celebran por que el día de mañana es navidad, y Santa Claus, le trae regalos a los niños que fueron buenos este año. 


Los tres ratoncitos se miraron entre sí, no sabían de lo que el viejo reloj hablaba, así que fueron a investigar, subieron por unos de los agujeros que estaba cerca que ellos, lo habían hecho para ir de un lado a otro dentro de la casa sin que los humanos los vieran.

Llegaron a la sala, y vieron un gran árbol o para ellos era enorme dentro de la casa, asustados pensaron que la casa se caería, pero no vieron que el árbol tuviera raíces, entonces acercaron a él, curiosos ya que colgaban cosas de las ramas, subieron a él, el árbol se sacudió un poco ya que los ratoncitos curiosos se acercaban a las esferas,  reflejando sus colores miel, blanco y del color del café, sus bigotes temblaban, era curioso ver tanto color en un árbol.

En eso se escuchó que los niños entraban en la sala donde estaba el árbol, con grandes botas en sus manos, se acercaron a la chimenea y la pusieron,  en una repisa encima de ella. Dentro de esa bota un pedazo de papel. Los ratoncitos atentos a eso, movieron la cabeza, al mismo tiempo, como un espejo reflejado uno al otro.

-          Ya quiero que sea navidad, dijo uno de los niños.

-          Si, Santa llegara esta noche, dejare leche y galletas para él. Una niña muy ilusionada decía.

-          Navidad, Navidad hoy es navidad, Cantaba el niño más pequeño de los tres.

Entre risas, y cantos las voces se fueron alejando, los ratoncitos, bajaron del árbol, y se dirigieron a su madriguera, algo inquietos y nerviosos, estaban maravillados del color y de la alegría que se sentía en el lugar. Pero qué era eso de navidad y noche buena a un no entendían bien, y el señor cucú no le podía explicar más.

¿A quién podrían recurrir para saber quién era esa tal Santa y por qué le dejaban comida?

El ratoncito de color de nieve, dijo a si a sus hermanos.

-          Vamos con la gallina ella si debe saber.

-          Si, de seguro nos puede decir por qué tanto alboroto.

A si los tres ratoncitos salieron de la casa, dirigiéndose al corral de las gallinas, en él se acercaron a una que muy sentada en su nido, cacareaba una canción.

-          Señora Gallina, puedo hacerle una pregunta. Dijo el ratón más pequeño.

-          Claroooo, dijo la gallina, moviendo la cabeza sin parar.

-          Hoy es noche buena y mañana navidad, ¿pero por qué?; hablo el ratoncito mayor.

-          Navidad es cuando nació un niño llamado Jesús, y los humanos hacen una gran fiesta una noche anteeees, y para los niños buenos un viejito, les trae juguetes.

Los ratoncitos sorprendidos, juntaron sus cabezas, y comenzaron a hablar entre ellos.

-          Sera cierto eso, tal vez también nos pueda pedir algo nosotros, somos buenos ratoncitos.

Se giraron hacia la gallina y le dieron las gracias. Después regresaron a casa y buscaron como podrían hacer para poner unas botas como los niños, no tenían chimenea, así que fueron a la cocina para ver que podrían utilizar. Cuando llegaron a la cocina muchos olores se podían percibir en ella, de comidas muy variadas, asombrados por todo lo que podían ver y oler. Entonces una gran uva rodo hasta donde estaban escondidos, no pudieron resistir la tentación y la tomaron, repartiéndose la jugosa uva, era suave y dulce, pocas veces puede probar algo así.

Mientras comían, escucharon las voces de las personas mayores de la casa, diciendo que la cena estaba casi lista, ya era más de medio día, y al parecer los preparativos estaban casi completos, los ratoncitos caminaron con mucho cuidado para que no se dieran cuenta de ellos. Entonces un listón para el cabello fue dejado cerca de una ventana, así que rápidos lo tomaron y lo llevaron a la madriguera, mordieron y cortaron el listón, en tres partes, cada uno hizo su bota y la coloco cerca de la mesa donde comían lo que tenían almacenado para el invierno.

Pero que más faltaba se preguntaron los tres ratoncitos.

El más pequeño y el más glotón  dijo: - la Cena es lo que nos falta-

A sí que de nuevo fueron a la cocina, recogiendo y tomando lo que se encontraran, como migajas de queso, volitas de migajón que las personas dejaron cuando cortaron el pan, otras uvas que cayeron de la mesa. Todo lo llevaron a la madriguera. Muy contentos los tres estaban, cuando se dieron cuenta la noche había caído, se escuchaba entrar gente a la casa, en ratos niños y adultos cantando, risas.

La fiesta había iniciado, así que ellos también comenzaron a comer y a jugar, todo el día se la pasaron investigando que era la navidad y juntando las cosas, tenían mucha hambre. Pero recordaron algo, como sabría Sata lo que ellos querían, ellos no sabían escribir y no tenían papel.

-          Entonces el llegara y no nos traerá nada. El más pequeño con lágrimas en sus pequeños ojos de ratón aparecieron.

-          El ratoncito de blanco color lo tomo de las patitas y le dijo. Si juntamos nuestros bigotes y deseamos lo que queremos este día, de seguro él lo sabrá.

-          El ratoncito color de miel, también tomo las patitas de sus hermanos, y movió la cabeza en forma de aceptación. Pidamos hermanitos.

Los ratoncitos tomados de las patitas cerraron sus ojos, inicio el más pequeño, diciendo que quería el queso más delicioso para él y sus hermanos, el segundo pidió la paja más suave y caliente para que todos durmieran muy bien, y el más grande pidió que sus hermanitos siempre estuvieran con él.

Después de hacer esto los ratoncitos se fueron a dormir, los tres muy juntos y acurrucados, durmiendo tranquilamente. Cuando de pronto toda la casa quedo en silencio, las luces de las velas, bajaron, un regordete hombre bajo de la chimenea y con él un regordete ratón, llevando las vestimentas de Santa Claus, saco rojo de terciopelo, botones dorados, aquel hombre dejo al ratón, el cual entro en la madriguera dejando rebanadas de quesos para los tres, se acercó a los tres durmientes y cubrió con un edredón, tan suave y caliente que la sonrisa de los tres el noto, para el ultimo regalo el dejo una pintura con un ratón de color de miel acompañado de dos ratones de color blanco como la nieve y otro de color café con leche, después de esto el salió, regreso con su amigo gordiflón.

La mañana llego un gran alboroto se escuchó, ya que santa si llego dejando juguetes a los niños de la cabaña, los ratoncitos despertaron, con la sorpresa de que estaban cubiertos por el edredón, con un festín de quesos y un cuadro pintado con amor de tres ratoncitos que hermanos son.

FIN.

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