“Dime algo, prefieres que te cuente las abominaciones del
cielo o las alegrías del infierno”
No se si llamarlo sueño, pesadilla o visión, tal vez mi
mente divago por la fiebre que presente por la noche después de caminar bajo la
lluvia, muertos levantándose de la plancha de la morgue, ojos llenos de
oscuridad mas lúgubre que noche sin estrellas. O el simple hecho de tener en
mente esa frase de aquel ser que vi por la tarde noche del día anterior.
Toda la noche gire sobre mi cama, con el ruido de aquella
lluvia que se impactaba sobre el techo de mi residencia. Con simples palabras
que parecen venir de un obseso por los demonios o religiones extrañas. Pero que
parecían a verse insertado en mi cerebro como un alfiler en la tela suave.
Espero que el día que inicia pueda estar concentrado……………
Una chica pelirroja caminaba por la facultad de medicina,
una escuela bastante grande que incluso contaba con un campo de descanso al
aire libre, aquella chica seria un sueño para los hombres, de buen vestir,
delgada y voluptuosa. Si de medidas
hablaran serian las que los chicos siempre se mofan.
Se dirigía hacia una banca donde un joven, alto y fornido
descansaba. En su mano tenia un cigarrillo sin encender. El rostro del chico miraba al cielo y sus
manos abiertas abarcando el respaldo de la banca.
-Bell Layun! ¿Qué diablos estas haciendo?.............
La chica pelirroja había llegado a la banca. Miraba furiosa
al chico que solo movió la mano en forma de saludo. La joven arrebato el
cigarrillo de la mano y lo pisoteo.
- - Te dije que no fumaras otra vez, que no
entiendes que eso envejece tu corazón más rápido.
- - Si si Sabrina, ya se que eres una experta en el
corazón humano.
Sabrina Seiler, un genio que vino a estudiar lo que pueden
hacer las células madre en las enfermedades del corazón. Podía a ver estudiado
en estados Unidos donde la ciencia es mas avanzada pero quiso estar en esta
universidad ya que a si puede trabajar con mas libertad sin que se metan con su
trabajo.
Cuando llego a este país me toco ser su guía, siendo uno de
los mejores estudiantes de la facultad fui elegido para ser su sirviente por
dos semanas, realmente estoy enamorado de ella, tuvimos una cita que después de
la cena e de decir que paso por lo que muchos hombre me envidiarían. Pero jamás
aclaro si salíamos o no mientras me convertí de su propiedad.
- - Y bien que tal te fue en tu presentación de tu
reporte sobre los virus del resfriado.
- - Tuve fiebre el día de ayer y apenas pude
terminar el profesor me riño, me dio un sermón de que si continuo de esa manera
perderé la beca que tengo.
Hace tiempo vivo solo mis padres se opusieron a que
estudiara medicina solo porque mi padre tiene una empresa, querían que siguiera
con ella, me opuse a si que me han dejado toda mi carrera sin dinero. Así que
trabajo en fines de semana o pequeños trabajos de reparaciones. Al menos puedo ganar lo suficiente para no pasar
apuros.
- - Uff pues intenta descansar este fin de semana
por que la próxima me tendrás que acompañar a una clínica de un doctor que
viene de áfrica, sus pacientes son de etapa terminal y me a dejado tomar
muestras de sangre para poder estudiarlas de diversas enfermedades.
- -Esta bien pero sabes que te costara ya que si no
voy a trabajar no podre comprar la despensa de estas semanas.
- - Tenlo por seguro que te comprare tu comida y es
mas cocinare para ti. Me tengo que ir ya que debo regresar al laboratorio.
Como lo he dicho le pertenezco a esa mujer. A si que no me
puedo negar a hacer y realizar sus caprichos.
A llegado el domingo después de una semana de clases
intensa, pronto iniciaran las practicas en los hospitales es lo mas agotador
para los estudiantes de medicina. Pero por eso ya que Sabrina comprara mi
comida estoy dispuesto a tomar un café y un postre en una cafetería del pasillo
de las tiendas aparatosas.
El café de esas tiendas es caro pero la verdad cuando uno
pasa por ellas el olor del buen café hace que no lo puedas resistir. A demás me
gusta la calma que ofrecen sus pequeños jardines privados a si que puedo leer
un buen libro con calma sin ruido e interrupciones de la calle.
Estando en este lugar me pregunto que habrá sido de aquella
persona, de regreso a casa siempre tengo que pasar por las tiendas pero no e
vuelto a ver a tal criatura.
Tal vez lo invoque o tal vez ya estaba aquí desde hace
tiempo, pero la persona que me a dicho algo mientras caminaba se encuentra
acercándose a mi mesa.
- - Puedo sentarme un momento con tigo?
Dios sigue siendo algo tan raro no puedo encontrar la diferencia entre hombre y mujer, su voz es
tan suave que parece como si apenas y abriera la boca para emitir algún sonido.
-
Primero respóndame el motivo de querer estar
sentado en una mesa que ya esta siendo ocupada.
-
Para poder platicar con alguien. ¿Dime algo,
prefieres que te cuente las abominaciones del cielo o las alegrías del
infierno?